Culiacán, Sinaloa; a 16 de octubre de 2024.- ¡No queremos guerra, queremos paz!, gritaron con fuerzas decenas de personas con familiares desparecidos, durante la marcha que llevaron a cabo este miércoles desde las escalinatas de la Lomita sobre la avenida Álvaro Obregón hasta llegar al templo de Catedral en Culiacán.
Las integrantes de diversos colectivos de búsqueda de personas desparecidas lamentaron que a 37 días consecutivos de violencia en Culiacán y en otros municipios del estado no cese la inseguridad, con el registro de privaciones de la libertad, homicidios, robos de vehículos, atracos en comercios, entre otros delitos.
Consideraron negativo que pese a la llegada de elementos de las fuerzas federales aún no se logre contener la violencia en Culiacán y en otros sitios de la entidad, por lo que exhortaron a las autoridades a establecer estrategias adecuadas para de una vez por todas poner un fin a la situación de violencia.
“Ya basta que este mensaje lo tenga que escuchar quien lo tema que escuchar, llámese autoridades, llámense malandros que ya queremos paz , que ya no queremos guerra queremos la paz en esta ciudad en este estado”, dijo Rosa Nerys, integrantes de diversos colectivos de búsqueda a nivel nacional y el de Madres y Esposas de Agentes de Seguridad Detenidos y Desaparecidos por Militares en 1977 en Culiacán.
Consideró que los grupos delincuenciales deben solucionar sus conflictos lejos de la población y que la autoridad dialogue con quien sea necesario para que se logre la paz en Culiacán y otros municipios.
“Si quieren matarse que se maten entre ellos allá en la sierra donde no haya nadie, entre ellos, y que dejen en paz a la ciudad, ya no más levantones, ya no más asesinatos y a los poderes de gobierno que si tienen ellos que dialogar con el diablo que dialoguen con el diablo “, dijo.
Los integrantes de diversos colectivos consideraron que la cifra sobre privaciones de la libertad dada a conocer por las autoridades el pasado lunes sobre m 265 víctimas desde el pasado 09 de septiembre, podría ser hasta el momento el doble de cantidad, pues en la mayoría de las ocasiones no se atreven a denunciar los familiares por temor a represalias.