Brooklyn, Nueva York; a 23 de enero de 2023..- Sergio Villarreal Barragán, alias El Grande, es el primer testigo en el juicio contra Genaro García Luna. El antiguo colaborador del Cartel de Sinaloa y el Cartel de Juárez señaló este lunes que los nexos del exfuncionario con el crimen organizado se remontan a más de 20 años, cuando García Luna fue director de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), durante el Gobierno de Vicente Fox (2000-2006). El primer colaborador de la Fiscalía lo acusó directamente de formar parte del grupo liderado por Joaquín El Chapo Guzmán y de recibir sobornos mensuales durante años. “Con ayuda del Gobierno, el cartel creció en cuanto a territorio, en la cantidad de drogas que movíamos y eliminó a sus enemigos”, afirmó Villarreal Barragán en la corte de Brooklyn.
Tenía una participación muy importante”, aseguró El Grande sobre el papel que desempeñaba García Luna en la estructura del Cartel de Sinaloa. Villarreal Barragán, un expolicía que se ganó su apodo porque rebasa los dos metros de altura, dijo que tuvo varias reuniones con García Luna cuando estuvo al frente de la AFI y que estuvo presente en varias ocasiones en las que se le entregaron sobornos. El capo dijo que Arturo Beltrán, antiguo socio del Cartel de Sinaloa y después líder del Cartel de los Beltrán Leyva, era quien le entregaba el dinero al exfuncionario. “Los pagos crecieron conforme creció el cartel y sin ese apoyo hubiese sido prácticamente imposible”, comentó.
Villarreal Baragán afirmó que Beltrán entregó cada mes a García Luna sobornos que oscilaban entre un millón y un millón y medio de dólares entre 2001 y 2006, ya sea a través de gente que trabajaba para el entonces director de la AFI o entregados directamente a él. El Grande dijo que a partir de 2004, la facción de los Beltrán Leyva y el acusado se reunían en promedio una vez al mes en una casa de seguridad cerca de Perisur, un conocido centro comercial en el sur de Ciudad de México. Miembros del Cartel de Sinaloa recogían a García Luna en el estacionamiento de la plaza comercial y lo llevaban a “la oficina” del grupo criminal, donde el exfuncionario conversaba durante unas tres horas con sus supuestos socios, según el testimonio. Luis Cárdenas Palomino, mano derecha de García Luna y director general de Investigaciones de la AFI, también acudía a los encuentros. Cárdenas Palomino es señalado por las autoridades como el principal cómplice.
Siempre según esta versión, el narcotraficante dijo que Arturo Beltrán regaló a García Luna una motocicleta Harley Davidson de edición limitada para ganarse sus favores y empezarse a reunir con relativa frecuencia. Una vez establecido el contacto, los sobornos se entregaban en paquetes de bolsas negras con billetes de 100 dólares, conocidos como chorizos y compactados hasta llegar a la suma de 10.000 dólares. Después se juntaban paquetes de cinco chorizos hasta amasar alrededor de un millón de dólares que eran entregados a los altos mandos de la Policía especializada. “Normalmente ponían una maleta sobre la mesa, abrían el zipper y enseñaban el contenido”, declaró El Grande. Los capos del Cartel de Sinaloa se referían al acusado como El Compa o El Tartamudo, como burla por sus problemas de lenguaje. “Se hablaban con familiaridad, como amigos”, dijo Villarreal Barragán sobre las conversaciones entre Arturo Beltrán y García Luna.
El Grande se paró ante el jurado y explicó frente a una pizarra la expansión del cartel gracias al supuesto apoyo de García Luna. En 2001, según su testimonio, la organización criminal dominaba solo Sonora, Chihuahua, Sinaloa, Durango y una parte del corredor entre las ciudades de Torreón y Monterrey. Después de unos años, mantuvo su presencia en esos Estados y se extendió prácticamente todo el país desde Baja California hasta la península de Yucatán. “Nos daba información de operativos e investigaciones contra la organización y nos ayudaba a deshacernos de comandantes y jefes de la policía en cada plaza”, agregó.
Después de pasar más de una década en las fuerzas de seguridad y coludirse con el Cartel de Juárez, el Grande se unió al Cartel de Sinaloa en 2001, unos meses después de que García Luna fuera nombrado director de la AFI, una agencia creada durante el Gobierno de Fox para investigar delitos federales. En ese tiempo, la organización criminal era una amalgama de alianzas entre varios jefes criminales. En el inicio de su comparecencia, Villarreal Barragán identificó a varios capos famosos frente al jurado como Ismael El Mayo Zambada, su hermano Jesús El Rey Zambada, Ignacio Coronel y los hermanos Beltrán Leyva. “Arturo sabía de mi conocimiento de la policía y me pidió que diseñara los operativos para atacar a sus enemigos”, comentó.
(Con información de El País)